Pedro Mora
Cuenta mi buen amigo J.D.A. que hizo la mili en Sidi Ifni y que un compañero gallego cuando se ponía nostálgico decía acordándose de su familia “Cuando me despedí del mío papá –padre- non llore, cuando me despedí de la mía nai –madre- non llore, cuando me despedí de los míos irmáns –hermanos- non llore…pero cuando me despedí de la mía vaquiña, no pude por menos que echar unas lagrimiñas.”
Cuando hace tiempo vi anunciar que en el antiguo edificio municipal se proyectaba el Centro Cívico El Arco, sin reparar demasiado, observé que en la distribución del proyecto se acogerían varios departamentos para uso de la ciudadanía: sala de reuniones para asociaciones, sala para realizar cursos de formación, sala de exposiciones, Oficina de Turismo, Oficina del Consumidor… Entendí que con algunas reformas internas el edificio perfectamente tenía la capacidad adecuada para acoger la nueva distribución de las actividades proyectadas.
Hace unos días observé en la Plaza unas vallas de delimitación amplia. “Van a demoler el edificio para construir uno nuevo…”, oí decir. ¡No me lo podía creer! El Ayuntamiento, tenía sala de exposiciones, Salón de Actos, despacho para el Juzgado de Paz, despacho de Grupos Municipales, Archivo, Despacho de Alcaldia, Sala de Reuniones, Espacio de Att. al Publico, Archivo y Despacho de Secretaria. Además de instalación de silla mecánica para disminuidos y los consiguientes servicios higiénicos.
El pasado 20 de octubre cuando como todos los días fui a por el pan y vi la máquina en la Plaza golpeando en la fachada de ese edificio fuertemente consolidado, soporte de nuestra referencial Torre del Reloj, me confirmaron los temores… Los recuerdos de la inauguración me inundaron. Los bonitos momentos de aquel día me abrumaron. Me vino a la memoria la escritora Elena Soriano, nuestra ilustre paisana ejerciendo de madrina, la presencia del ministro de Administraciones Públicas Joaquín Almunia, del presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina, el Consejero de Obras Públicas Eduardo Mangada y el eurodiputado Alejandro Cercas; los chiquillos y jóvenes con las banderas europea, nacional, autonómica y local para izarlas en los mástines de la fachada, la Banda de Música, … los medios de comunicación. El pueblo allí congregado al estilo festivo de “Bienvenido Míster Marshal”
¡Cuánto tiempo dedicado, cuánta entrevista solicitada, cuántos viajes! La idea surgió en una visita del Presidente Leguina. Le comentamos la posibilidad de un nuevo edificio y nos trasladó a Mangada, Consejero de Obras Públicas y Urbanismo, que aportó la elaboración del proyecto, por cierto, a uno de los mejores arquitectos. La ejecución de la obra fue dirigida por Virgilio, Consejero de Cooperación, que aportó el mobiliario. J. Revenga, Director de Carreteras, llevó a cabo el desvío de la circulación. Hablamos con Patrimonio para el arreglo del Reloj de la Villa. El proyecto del nuevo edificio Consistorial incluía la remodelación de la Torre que lo alberga, la peatonización de la Plaza y el consiguiente desvío de la circulación… Todo se fue hilando y coordinando hasta conseguir la bendición, el 29 de Junio de 1990. Alcaldes y concejales de la Comarca, diputados, … Se habían conseguido unas instalaciones administrativas y políticas dignas. Allí estaba todo el pueblo. Fue un bonito evento.
No a todo el mundo le gusto el diseño del proyecto. Unos decían que demasiado moderno en una Plaza catalogada con edificios clásicos castellanos; otros, que el edificio perdía la personalidad sin el balcón corrido en toda la fachada y con la puerta metálica. La opinión del arquitecto era que la Casa Consistorial tenía que destacar ante las demás edificaciones.
Tantos y tantas opiniones…
¡Me equivoque! ¡Nos equivocamos al aceptar aquel proyecto! Es como lo de la tarara, unos que si, otros que no. Tampoco era un despropósito de edificio, creo que obtuvo alguna mención especial.
Pero ¿es ahora necesaria la demolición visto que no se va a conseguir aumento habitable dado que el solar es inamovible? Las plantas se mantienen, los espacios son parecidos en el nuevo proyecto; las necesidades son parejas. Leo los espacios y salas del nuevo proyecto y repaso como si fuera telemáticamente la edificación que tantas veces recorrí y creo, humildemente que hubieran servido, ( insisto con reformas internas) adaptándolas para las nuevas actividades propuestas.
…Cuando me llegó el día del relevo del cargo y me despedí del secretario,…de los empleados,…de los técnicos,,,, solo me emocioné. Pero hoy cuando vi la máquina que demolía el Edificio Consistorial, unas lágrimas cruzaron mi rostro