Cuando Alaska y Dinarama sacaron al mercado su ¿A quién le importa? No tenían ni idea de que se convertiría en un himno reivindicativo de tantas cosas. El año 1986, en plena Movida Madrileña, sonaba esta canción que llegó para anclarse y está permaneciendo en el tiempo sonando como el primer día.
Antaño fueron solo los estandartes colgados en torres; o las banderas portadas por soldados pendientes de hacerla hondear más y mejor que la contraria. Ganar la bandera era ganar la batalla. Para ello se jugaban la vida.
Ahora es fácil colgar una bandera o hacer sonar una canción. Como antes, reflejan un sentimiento o una idea que une a las personas. Ya no es necesario jugarse la vida -gracias a Dios- y quizás por ello sea en ocasiones un acto tan frívolo.
Pero puestos a colgar banderas en estos tiempos en los que manda la “actualidad más actual del aquí y ahora” habría que izar una bandera bien grande BLANCA en todos los pueblos pidiendo la PAZ; una bien grande VERDE pidiendo respeto por el PLANETA; una bien grande NEGRA por todos los que mueren a diario en la guerra, en el mar, en las casas,… o por cualquier otro injusto motivo. Sea la guerra o el mar que sea; sea hombre o mujer.
¿O es que no hay motivos para hacer hondear estas banderas?
Puestos a hacer sonar canciones tendrían oírse en todos los pueblos IMAGINE de John Lennon; EARTH SON de Michael Jackson; VERDAD QUE SERÍA ESTUPENDO de Cómplices; o… La lista sería infinita.
¿O es que no hay motivos para hacer sonar estas canciones?Pero no, no se cuelgan banderas ni se escuchan canciones que no respondan a la actualidad más inmediata. La anécdota manda en nuestro mundo facebook donde “la tremenda y espeluznante llama que calcina el pino” no deja ver el desastre humano y medioambiental que ha dejado el incendio.
Aquel “Lo siento, no volverá a suceder” o “Dientes. Dientes” que hace años y por motivos diferentes hicieron más famosos a algunos personajes públicos son la foto que más nos gusta ver.
Cuando no se cuelgan todas las banderas, colgar una es querer complacer, agradar, callar bocas, aprovechar la oportunidad para conseguir quién sabe qué.