¡Dejadnos vivir en paz!

Ahora que la pandemia Covid-19 parece estar “controlada” y que estamos más cerca de esa normalidad que tanto hemos deseado aparece la guerra.

Esta es la otra pandemia que nos acecha. Pero a diferen­cia de la Covid, a esta ya la conocen nuestros abuelos. Nosotros también porque hemos oído hablar mucho de ella.

El sonido de las sirenas, de los aviones, de los petardazos; el olor del fuego y de la destrucción; la visión del dolor en los cuerpos… y en los rostros vivos; el tacto frío y el sabor del pan duro y el hambre vuelven a sus mentes al oír la palabra guerra.

Por todo ello, por lo que me han contado y estudiado, nunca pensé que en un mundo “tan civilizado” como el nuestro pudiera volver a pasar. Pero el ser humano sorprende siempre; una y otra vez siempre.

¿No teníamos bastante?

¿No han pasado suficientes desgracias en estos dos últi­mos años y en los que han fallecido miles de personas en todo el mundo?

Parece que no.

¿Qué le lleva a una persona a decidir comenzar una gue­rra en nuestros días? ¿Qué puede ser tan importante para que empiecen a disparar fusiles y a tirar bombas?

El 24 de febrero el Presidente ruso Valdímir Putin anunció en televisión el comienzo de la ofensiva rusa en territorio ucra­niano. Putin declaraba la guerra a Ucrania de esa manera tan sutil dejando al resto del mundo perplejo.

El presidente ucraniano, Volódimir Zelenski intentó mante­ner una conversación telefónica con el presidente ruso, pero el resultado fue el silencio. Ucrania decretó la ley marcial. El país entró en estado de emergencia y el Gobierno tomó medidas especiales como la de toques de queda.

El Parlamento aprobó que los ciudadanos pudieran llevar armas de fuego para utili­zarlas en defensa propia.

Y la “ofensiva rusa” sigue creciendo.

Los mismos que ahora le llaman psicópata y loco han aplaudido sus fotos en televisión y prensa cuando ha aparecido presumiendo de músculo. Incluso se han fotografiado junto a él en alguna ocasión. Será que el mundo, nuestro “mundo civili­zado” necesita “lobos”.

¿Qué puede ser tan importante para comenzar una guerra cuando todo el mundo quiere vivir en PAZ?

Dicen que está lejos. Me da miedo pensar…

Espero equivocarme.