La vida continua mientras sigue la guerra entre Rusia y Ucrania. El mundo, tal y como lo conocíamos, está en cambio desde aquel 24 de febrero, cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, autorizó una “operación militar especial” para invadir Ucrania con el fin de que esta abandonase su deseo de unirse a la OTAN.
¡Hay que ver cuánto rodeo para no llamar al enfrentamiento por su nombre! ¡Maniobrillas militares! Desde aquel día toda Europa sufre las consecuencias emocionales, políticas y económicas. ¡Aun no me puedo creer que esté pasando! En España, a una crisis, le sucede una pandemia y, cuando aprendemos a convivir con ella, llegan los flecos de esta guerra.
Los continuos aumentos de precios de las energías y de los carburantes aprietan los cinturones y ahogan desde hace años. Ahora se justifican aludiendo a la guerra. Y se toman medidas… “Desde mañana regalamos 20 y subimos 30” ¡Arreglado! Me recuerda la oferta que oí un día en el mercadillo: “Bragas baratas señora. Una braga 6€ y en oferta dos por 15€”.
¿Y el aumento de la cesta de la compra?
En este contexto en el que es difícil salvarse de un cabreo largo y prolongado hay que agarrarse a lo bueno que nos trae cada día, que lo hay.
El BOE publicaba el 20 de abril el Real Decreto por el que decaía la obligatoriedad de llevar mascarillas en interiores tras casi dos años de uso obligatorio para luchar contra la pandemia Covid. Desde ese día solo es obligatoria en los interiores de los centros sanitarios, residencias y todo tipo de transportes. El Decreto sigue recomendándola para personas vulnerables, y también en eventos multitudinarios o aglomeraciones. Buena noticia por el descanso que deja y por lo que significa.
Ese mismo día 20 de abril esta revista celebraba su 32 cumpleaños. Un motivo más que suficiente para estar orgullosos. El equipo de redacción lo estamos y muchos de nuestros lectores también, al menos así lo manifestaron en las redes sociales. Gracias a todos.
Y marzo nos trajo otra fecha para la historia de nuestro Fuentidueña. El miércoles 23 el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid declaró Bien de Interés Cultural -BIC-, en la categoría de Hecho Cultural, la fiesta de la Embarcación de la Virgen de Alarilla. Y lo hizo en base a que “engloba elementos de valor y excepcionalidad, integrada en los usos festivos y rituales, siendo un elemento fundamental en la construcción identitaria de Fuentidueña de Tajo”.
¡Ahí queda eso!
Así, nuestra Embarcación es Bien de Interés Turístico Regional desde 2001 y ahora además Bien de Interés Cultural.