Adiós José

En julio nos dejó José Caro, uno de los colaboradores más fieles de La Fuente de la Dueña, un amante de nuestro pueblo y de las historias que aquí se fraguan. Además de colaborar activamente en cada ejemplar se hizo socio de esta revista y a su residencia de Madrid le hacíamos llegar cada uno de los números que editados.
Con estas sencillas palabras queremos rendirle homenaje y con uno de sus poemas dejar impreso para siempre su pensamiento.
DEP

Exódo

El tiempo borró mi nombre
que en mi barca yo pintara.
Solo navegan recuerdos
con sus velas desguazadas.
Sirenas que antaño fueran
animadoras del alba
hoy lloran junto a gaviotas
al ver morir nuestra playa
Y en ese pueblo marinero
de paredes encaladas
lleno de vida antaño
solo subsiste la nada,
solo camina el silencio
por sus calles empedradas.
No hay griterío de chiquillos,
vacía y sola la plaza
ni mozos enamorando
tras las rejas a sus damas.
Secáronse las macetas
de sus paredes colgadas
Éxodo de juventud
en busca de nueva esperanza
con su equipaje vacío
al despertar la mañana.
Caravanas de miseria
y besos de madrugada
Solo quedamos tú y yo
con la muerte como guarda
y una corona de flores
por el tiempo ajada.
Se fue borrando mi nombre,
del tuyo no quedó nada
J. Caro Enríquez

Caro Enríquez, chapista con orgullo, amigo de quien le escuchó, padre y poeta. Jose, Pepe para sus fieles, padre de mis hijos. Jose Caro Enríquez ya no está, y yo que soy la madre de los suyos quiero que descanse en paz. Ha sido el último poeta.
Llegó a este pueblo de mi mano, comenzando a formar una familia juntos. Se entregó a sus calles y a su campo. Dialogó con su gente y los entendió. Cordobés de nacimiento, de Palma del Río, en Madrid se crío y Fuentidueña le adoptó. Al final, cansado y doliente, escribió versos a estos aires fuentidueñeros. A los amaneceres y al frescor de la hierba. Recogió amapolas y agua del Tajo pensando en preparar su descanso eterno. Al recitar el último verso declaró su intención. Y lo hizo bien porque fue el último de todos. El del final del camino, el comienzo de otra era.
Que en la gloria estés, Jose Caro, poeta.