J. Thomas. Fte: Público
Sanitarios del hospital de Arganda del Rey alertan: «Solo quedan nueve anestesistas de los 16 necesarios, no hay personal suficiente para operar y el centro ha perdido gran parte de su actividad. Sirva de ejemplo traumatología, donde ya no se realizan operaciones complejas de ortopedia, solo fracturas de cadera, haciéndolo poco atractivo para los traumatólogos por no ofrecer posibilidad de crecer profesionalmente. El Hospital Universitario de Arganda del Rey está bajo mínimos, y la razón principal es la fuga masiva de sanitarios hacia la sanidad privada”.
Una de las sanitarias miembro de MATS -Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad Pública Madrileña-, revela estos datos y que en mayo muchos sanitarios se pasaron a la sanidad privada, algo que también sucedió antes del verano pasado, «cuando abrieron el hospital privado de HM en Rivas-Vaciamadrid que atrajo a muchos pediatras». Según ella, el verdadero motivo de esta salida masiva es que «la sanidad privada ofrece mejores condiciones laborales».
«En el Hospital de Arganda la falta de profesionales para operar es preocupante”. Asegura que los pocos que quedan están haciendo horas extra para cubrir la demanda. Asimismo, confirma que «desde mayo no han contratado a nadie nuevo«.
La sanitaria habla de «malas condiciones laborales» por cúmulo de factores que provocan el «deterioro» en la sanidad pública de la región: «La Comunidad de Madrid está entre los sueldos más bajos de España, jornadas semanales de 37,5 horas, negativa sistemática a conceder permisos recogidos en el Estatuto Marco por falta de personal y aumento constante de la carga de trabajo».
El Hospital de Arganda es un hospital público, aunque con servicios externalizados como esterilización y cocina. En 2013, se intentó privatizar junto con otros cinco hospitales, pero una huelga y una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en 2014 paralizaron el proyecto. Ahora, los sanitarios del centro creen que «están dejando morir al hospital» y temen que en unos años termine siendo comprado por una empresa privada. «Esto hace que muchos pacientes decidan elegir otros centros de referencia para recibir atención. Y además están las largas listas de espera. Primero aumentan las listas de espera y luego venden el servicio a la privada”.
La fuga de médicos en Madrid viene de lejos. Hace dos años, la periodista María Martínez dejó patente cómo numerosos profesionales abandonaban la región por no poder mantener una estabilidad económica ante las «precarias» condiciones laborales. Pedro Gorrotxategi, vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, advirtió que era «urgente» mejorar esas condiciones para hacer los puestos más atractivos. «Cada vez menos gente quiere estar en la pública» y al final, terminan marchándose a otras comunidades o al extranjero», decía.
Por su parte, Manuel Martín, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), denuncia que la estrategia «pasa por debilitar progresivamente la sanidad pública para beneficiar a la privada. Se están derivando masivamente pacientes a centros privados que reciben constante financiación pública. Esta situación se agrava porque muchos médicos compatibilizan su labor en la pública con la privada”.
Martín lleva años alertando sobre los riesgos del modelo y lamenta el silencio de la Administración madrileña a sus denuncias.