La Comunidad de Madrid ha concluido la restauración de la Laguna de Soto de las Cuevas, situada en el Parque Regional del Sureste, dentro del término municipal de Aranjuez. El Ejecutivo autonómico ha invertido 290.000 euros en unas obras de mejora iniciadas en diciembre de 2023, con el objetivo de ampliar su riqueza natural y reforzar la biodiversidad del enclave.
Los trabajos realizados han permitido mejorar la geomorfología de la laguna y crear tres islas artificiales: dos fijas, mediante la aportación de tierras del río Tajo, y una flotante, pensada para favorecer el aumento de especies animales y vegetales. Asimismo, se ha ejecutado un dragado parcial en uno de los apéndices de la laguna para generar aguas someras, y se han renovado las infraestructuras de uso público, incorporando nueva señalización interpretativa y rehabilitando dos observatorios de aves.
También se han instalado cajas nido para especies como el cárabo común o la cerceta pardilla, además de retirar residuos y combustibles secos que suponían un riesgo para el ecosistema.
Un plan a diez años para los humedales madrileños
Esta actuación se enmarca en el Plan de Actuación de Humedales Catalogados, aprobado en 2020, que prevé una inversión de 11 millones de euros en diez años para la conservación y mejora de humedales y hábitats de la región. Desde su puesta en marcha ya se han acometido proyectos en espacios como las Canteras de Alpedrete, la laguna de El Campillo en Rivas o la lámina de agua de San Juan en Chinchón, entre otros.
Un enclave de alto valor ecológico
La Laguna de Soto de las Cuevas se localiza en la subcuenca del Jarama y forma parte del Parque Regional del Sureste. Está incluida tanto en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Cortados y cantiles de los ríos Jarama y Manzanares, como en la Zona de Especial Conservación (ZEC) Vegas, cuestas y páramos del Sureste de Madrid, dentro de la Red Natura 2000. Asimismo, figura en el Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid y en el Inventario Nacional de Zonas Húmedas.
El origen de este humedal se remonta a las actividades mineras de la segunda mitad del siglo XX, cuando la extracción de arenas y gravas para la construcción transformó su entorno, afectando a la flora y fauna locales. Con la restauración recién concluida, no solo se ha incrementado la biodiversidad, sino que también se han recuperado y sumado hectáreas naturales al patrimonio medioambiental madrileño.