Fuentidueña de Tajo volvió a emocionarse este sábado con uno de los actos más singulares y esperados de sus fiestas patronales: la procesión fluvial en honor a la Virgen de Alarilla. La patrona del municipio surcó de nuevo las aguas del río, escoltada por más de 480 nadadores que acompañaron a la barca a lo largo de la travesía, en una cita que reunió a miles de vecinos y visitantes.
La jornada estuvo marcada por varias novedades históricas. Por primera vez, la Virgen desembarcó en el lado derecho del río, donde también se lanzó el espectáculo de pólvora, trasladando así el epicentro de la celebración a una orilla diferente en la tradición.
Para garantizar la seguridad de los participantes, un retén acuático de los Bomberos de la Comunidad de Madrid acompañó el recorrido con tres embarcaciones: dos tipos RAF y una a motor, que velaron en todo momento por la protección de los nadadores y la barca.
Otro de los momentos más intensos llegó con la entrada de Alarilla de Blanco en el embarcadero, a hombros de la peña Los de Siempre y escoltada por El Tope. La imagen, rodeada por vítores y aplausos, fue recibida por cientos de personas, entre ellos los nadadores.
“Lo vivimos como una seña de identidad imposible de explicar con palabras, porque se siente”, recordaban los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de Alarilla al cierre de una jornada que volvió a convertir a Fuentidueña de Tajo en escenario de una de las procesiones más singulares de España.