Como cada Domingo de Resurrección, Fuentidueña volvió a rendirse a una de sus tradiciones gastronómicas más queridas: el hornazo. Ayer, pese a una tarde fresca marcada por nubes y claros, pero sin lluvia, numerosos vecinos salieron a merendar este dulce típico en diferentes rincones del municipio y más allá.

El hornazo, con su característico huevo incrustado en el centro, es el protagonista de esta tradición que, año tras año, reúne a familias y amigos para compartir un momento especial tras la Semana Santa. Algunos optaron por disfrutarlo en espacios emblemáticos como El Remanso de la Tejera, uno de los lugares favoritos de los fuentidueñeros para “correr el hornazo”, como manda la costumbre. Otros, más originales, se llevaron su merienda hasta lugares como el Parque Warner de Madrid, demostrando que la tradición también puede viajar (Gracias Ana María Gómez por enviarnos la imagen)-

Muchos vecinos compraron el hornazo en la panadería local, mientras que otros decidieron mantener viva la receta casera y elaborarlo en sus hogares, con esmero y cariño. Los hornazos, listos y preparados, salieron a las calles para dar sabor a una jornada que cada año une tradición y convivencia.

Hoy, lunes de Pascua, la costumbre continúa con la degustación de la ‘torta’, el mismo dulce pero sin huevo, completando así este ritual gastronómico tan propio de la zona.