En una noche cálida y estrellada de verano, la Casa Rural El Tinao de la Petra se convirtió en escenario de una velada dedicada a la narración de historias. Bajo el título «Historias y Cuentos bajo las Estrellas», el Grupo de Teatro Doña Urraca, en colaboración con Daniel de la Plaza y Nacho Mora, transportó a los asistentes a un viaje a través del tiempo y la imaginación. Eva Huertes, Daniel de la Plaza, Luis Miguel González y Nacho Mora, lograron sumergir a la audiencia en momentos de vidas pasadas, costumbres arraigadas y leyendas que han resistido la prueba del tiempo.
El patio de la Casa Rural El Tinao de la Petra fue testigo de numerosas historias, entre ellas la de Justo, cuya voz fue silenciada por una bala en el campo de batalla y o la de la ilusión de Mariano, quien escuchaba las recetas idílicas de cocina de su madre mientras tejía sueños para mitigar la necesidad alimentaria en tiempos difíciles.
Igualmente, escuchamos relatos como el del soplo del adulto al diente de león donde por cada soplo el hombre se convertía en niño de nuevo, o el legado de Telesforo, que en sus últimos años de vida no dejó de abrazar a la naturaleza y de transmitir este legado a su nieto. La velada no solo exploró lo humano, sino también lo divino. Los relatos narraron el drama celestial entre los Cristos de Estremera y Belinchón por la Virgen de Alarilla, en el que incluso el Cristo de Casasola tuvo su participación, trazando una geografía comarcal divina.
El patio de la Casa Rural fue un entorno perfecto donde sumergirse en relatos compartidos gracias a Eva, Dani, Luismi y Nacho. Pero no fueron los únicos ya que la invitación se extendió al público para que a su vez narrara sus propias historias. De esta manera, de boca de Jose A. Gonzalez, surgieron memorias del impulso educativo en Fuentidueña en décadas pasadas, cuando los desafíos eran notables, y también a través de las palabras de Ramón se plasmó cómo las luces de un automóvil pueden tejer cambios eternos en el destino de vidas.
Historias y Cuentos bajo las Estrellas fue una velada especial de conexión entre narradores y público que recordó la importancia de las historias como vehículo para la transmisión de la cultura y de las vivencias.