Día de la Tortilla, historia y tradición

El Jueves Lardero, de Comadre o de Carnaval llegó el 27 de febrero en este 2025. Con esos apellidos se conoce a este Jueves tan singular. Con él llegó también una de las tradiciones gastronómicas más esperadas del año. Con este Jueves se celebró en toda España el inicio del Carnaval con un buen festín en el que los derivados del cerdo, el pan, los huevos y las patatas fueron y siempre son protagonistas.
El nombre viene del latín “lardarius” -graso o tocinero- y se basa en la costumbre de darse un último festín de carnes antes de comenzar Cuaresma. La tradición varía según la zona, pero todas tienen en común la buena comida y las reuniones al aire libre con familia y amigos.
Así por ejemplo en Aragón la longaniza en el puchero, en bocadillo o con pan; en Cataluña la tortilla de butifarra de huevo y la famosa coca de “llardons”, un hojaldre crujiente con chicharrones y piñones; en Andalucía y Albacete el hornazo dulce o salado, con huevo cocido en el centro, relleno de carne de cerdo; en Guadalajara, Cuenca y otras provincias la tortilla y el chorizo; en Salamanca el chorizo con pan, hornazo salado y embutidos, en La Rioja el bollo preñado de chorizo, en la Tortilla, jamón y chorizo; en Valencia luna de pan relleno de tortilla de habas o de ajos tiernos y fiambres.
Como es de suponer en el origen de esta celebración se pierde en la noche de los tiempos. Es un Jueves señaladísimo en el calendario, víspera de Carnaval y se festejaba por todo lo alto comiendo productos del cerdo, animal muy frecuente en casi todos los corrales del pueblo. Meses antes se había celebrado “su matanza” que llegaba como una fiesta que aseguraba despensas llenas dado el amplio repertorio de productos obtenidos del animal. De los palos de las cámaras y cocinas siempre colgaban para curarse los embutidos y jamones destinados a meses venideros. Jueves Lardero, tocinero o graso.
Todos estos socorridos y nutritivos alimentos servían como preparativo al tiempo de Cuaresma que llegaba y para el que la Iglesia exigía abstenerse de comer carne. Años entonces en los que se respetaba en masa esta prohibición y por eso había que hartarse antes. Carnaval, del latín “carne levare” que significa “quitar carne”.
En nuestro Fuentidueña de Tajo el Jueves de Comadre, Lardero o de Carnaval es ahora más conocido popularmente como “Día de la Tortilla” y es el día en el que se une la chiquillería y la familia entera para salir al campo a merendar lo propio.

Tradicionalmente han sido las abuelas las que preparaban el manjar acompañado siempre con libretita de pan, una hogaza pequeña con forma redonda con el que comer la tortilla y demás. Libretita es diminutivo de “libreta”, pan de una libra, aproximadamente medio kilo. El peso de esta libreta varía hoy según los lugares, pero se sigue denominando así por tradición dado que la forma no ha cambiado. En Fuentidueña se coció durante décadas en el horno de Cleo y en el de Cayetano. Al desaparecer el primero sólo queda el segundo para conseguirlo en su actual Panadería Gallego, una de los comercios premiados en 2024 como Centenario de la Comunidad de .
El menú para la mesa de casa, de campo o sobre la pradera siempre ha consistido en los mismos platos. La protagonista indiscutible ha sido la tortilla de patata, un alimento fácil de elaborar, barato y accesible para todos. Antaño las gallinas cacareaban en todas las casas a diario y la recogida de huevos era un ritual. Las patatas cultivadas en los campos eran otro producto habitual en todas las casas. Había que comer chorizo y jamón, productos que por Cuaresma se prohibirían y así estos productos prestarían su apellido al Jueves “Lardero» o graso.
Y de poste, naranja, símbolo de fecundidad y protagonista en festividades invernales o colgadas a modo de guirnalda adornando el Árbol de los Quintos “plantao” en la Plaza del Ayuntamiento y más tarde en la Plaza de la Iglesia, tradición ya desaparecida al suspenderse el Servicio Militar -la mili- en el 2001. Mucho antes se prohibió la costumbre de tirar naranjas en los días de Carnaval a las mozas del pueblo. Cosa de Quintos y allegados por la inmunidad de la que gozaban durante su “Semana de los Quintos”. Una ordenanza municipal de finales del siglo XIX, prohibió con acierto esta fea costumbre.
Todos estos, ritos ancestrales paganos de culto a los ciclos de la Naturaleza, siempre adaptados y conservados en el tiempo, ahora quedan un poco abandonados, sólo vivos en la memoria de los que despacio se van.
El Día de la Tortilla queda como testigo siendo el menú del Jueves de Comadre. En Fuentidueña la tradición ha ido tomando importancia a lo largo de los siglos sujetada principalmente por ellas, las abuelas y madres. Jueves de comadreo arraigado y cobrando especial relevancia en este y en otros pueblos de la comarca como Belinchón y , siempre con matices propios.
Añadida a esta y hasta los años ´70 los escolares acudían a la escuela como cada mañana con huevos y sin cuadernos. Eran recibidos por el maestro, al que regalaban los huevos según “poderío” y algún que otro producto dependiendo de cada familia. Los últimos años de esta, el maestro obsequiaba con algún detalle como caramelos, lápices … a la chavalería. Una vez hecho el intercambio, los muchachos volvían a casa a recoger sus viandas: tortilla de patata, naranja, chorizo y loncha de jamón si se podía. Aunque no era un día marcado como festivo en el calendario escolar, bien sabido era que no sería lectivo. Cumpliendo con lo establecido se llegó hasta finales de los ´90 en los que se abandonó la costumbre de obsequiar a los maestros y también el dar como “de vacaciones” la jornada escolar, hecho que no fue suficiente para suspender lo que se conoce como “correr la tortilla”. En la actualidad se respeta el día de clase y se corre a casa al terminarlo para comer en los muchos rincones que ofrece Fuentidueña, aunque el lugar más escogido es el señalado en la Cañada Real Soriana como Descansadero de la Tejera, conocido popularmente como La Playita.
El campo se llenaba de cuadrillas de jóvenes, en la actualidad son de todas las edades las que “corren la tortilla” convirtiendo en mentidero cada rincón. La tarde de “comadreo” es la antesala de la Cuaresma, el ocaso del invierno y el preámbulo de la primavera que llega abriéndose paso cada vez más frecuente en febrero.
Abuelas, madres y tortillas son el Jueves Lardero, de Comadre, de Cuaresma o De la Tortilla.

RECREANDO el DÍA DE LA TORTILLA en cualquier mes de febrero

(Música de fondo. La escena está a oscuras. Aparece una mujer desde el fondo trasero del escenario que simula la cocina de una casa-cueva. Enciende una vela y la escena poco a poco se va iluminando dejando ver el rústico y pobre decorado de la estancia. Es una cocina en la que aparece una mesa central rodeada de alguna silla y algún serijo. Hay una chimenea en un extremo. Estamos en la cueva, la vivienda de una familia humilde compuesta por un matrimonio y su hija de corta edad. Se sientan a cenar. La mujer sirve la sopa en los platos. Su hija sigue jugueteando. Aparece la tía Alejandra con unos huevos entre el delantal.)

ALEJANDRA: ¡A las buenas noches vecinos!
MUJER: (Con cierta guasa) ¡Qué sorpresa Alejandra!
ALEJANDRA: ¡Qué pronto andáis cenando! “Undá”, (al darse cuenta que el pastor está en la mesa) pues si pensaba que tú hacías noche en la majá.
PASTOR: Pues ya ves que no, Alejandra. Tiempo habrá de pasarlo al raso que falta más de una semana para el Miércoles de Ceniza… ¡Y Cuaresma!
ALEJANDRA: ¡Pues llevas razón, hermoso! Tiempo queda.
MUJER: ¿Y qué querías esta noche?
ALEJANDRA: ¡Pues na! Que tengo a la cabra con fiebres y no me da na da leche. Sabes, hermosa. Y digo yo que si me podrías dar un jarro de leche pa estos días y cambiármelos por estos huevos que traigo. Ahora que llega el Día de la Tortilla entiendo que te vendrán bien.
PASTOR: ¡Siempre ties algo Alejandra! ¿Se te antoja alguna otra cosa? Mira que estas a tiempo, que cuando me levante de cenar no quiero ruidos ni historias.
MUJER: No le hagas caso Alejandra. Ya sabes cómo es este hombre.
PASTOR: Dáselo. Leche no nos falta y si podemos hacerte el favo…
Pero ten boca cerrada (a Alejandra) que si se entera el amo me ajusta las cuentas.
ALEJANDRA: ¡Mía lo que dice este hombre!

Cómo si no tuviera yo conocimiento pa callar delante de algunas personas! ¡Pero hermoso si yo no hablo con “naide”! No tengas cuidao que no se me escapa.
(Silencio breve)
PASTOR: Y digo yo que por qué no te llevas los huevos y me traes ya hecha la tortilla pasó mañana pa llevármela al tajo.
ALEJANDRA: ¡Pues como quieras! Yo bajaré a correrla al río con la Tomasa y las demás. Se pone la pradera de gente que da gusto verla. Me sale riquísima. Mira, corto la patata en rodajas finas y la frío mu lentamente. Mientras se fríen bato los huevos. Me gusta ponerle muchos pa que salga jugosita. No como mi vecina, que dice que con dos las apaña. Amos, y dice después que le salen bien. ¡Zapatera es como le quedan! Y no es que lo diga naide, que las he probao yo. ¡Pero haber que le dices si ella sabe más que naide! Ya la conocéis. Una risión. Lo que hace con las tortillas es una risión.
PASTOR: Sigue Alejandra que te lías y no paras.
ALEJANDRA: Haber, que me he perdío. (Pausa breve mientras piensa) Ya ma cuerdo. Pues después dejo que se enfríen un poco las patatas antes de ponerlas en el huevo, que si están calientes se me cuaja el huevo y no sale bien. Una pizca de sal, remuevo to bien y a la sartén.

Vuelta y vuelta. Y me queda que ni pintá. Eso sí, la naranja y la libreta de pan se lo pones tú.
PASTOR: ¡Falta el chorizo!
ALEJANDRA: ¡Nos ha jodío! Si quieres te lo pongo también acompañao de una lonchita de jamón. ¡Anda que pa un jarro de leche que me llevo!
PASTOR: (Con guasa.) Mujer, si quieres te doy dos jarras. Pero ya que hacemos el trato vamos a hacerlo completo.
(Los tres ríen.)
ALEJANDRA: (Mientras sale) Anda, cuenta con la tortilla pa pasao mañana y no vas mal. ¡Ya verás que rica está!
MUJER: (Una vez se quedan solos) ¿Pa qué le dices na? Se ha llevao la leche que le has dao y los huevos que traía. ¡Ya veremos si te trae la tortilla!
PASTOR: (Riendo) No puedo con ella mujer, pero me hace mucha gracia. Anda, vamos a cenar.
(La escena se oscurece. Música de fondo)
Del libro “Historias de Fuentidueña y algo más”.
Luis M. González.
Editorial Talento 2023