Desde hace ya años son los ajos, las cebollas y las patatas las reinas de las Vegas de Fuentidueña de primavera a otoño. El plan de regadío por aspersión que se implantó hace una década introdujo nuevos cultivos y nuevas formas de trabajar la tierra
Desde que en junio se comienza a sacar la cosecha los campos se llenan de una actividad frenética desde el alba hasta bien entrada la mañana. El calor impide continuar. Los palots, colocados a miles en la pisoteada tierra, se llenan de fruto que viaja rápido para almacenes en camiones inmensos de tamaño y kilos.
La vista impresiona desde los miradores. Los cajones sustituyen a la planta que ha ido tornando día tras día de color, del verde al blanquecino pasando por el amarillo; están “sembrados” a propósito y estratégicamente colocados para facilitar el trabajo de los recolectores, en su mayoría temporeros venidos de lejos. La cuadrilla puede recolectar en una jornada unas 50 toneladas de patatas que van destinadas a los hogares de todos los madrileños. Un producto de mucha calidad y de proximidad. La mejor patata de Madrid, dicen que es la que se obtiene de esta Vega del Tajo y tiene a “La Chulapona” entre sus variedades. Telemadrid se ha hecho eco de los productos de esta maravillosa Vega en varias ocasiones siguiendo de cerca el proceso desde la siembra hasta la recolección. Hemos sido noticia buena.
Y a medida que se ha ido pasando el verano ha ido ganando importancia y protagonismo la Fiesta. Y cesará el ajetreo en la Vega y la recolección de sus productos que darán paso al jolgorio en el río y a la solemnidad del momento culmen de la Fiesta: La Embarcación. Ya somos, ya va sonando en los noticieros. Seremos noticia también este año por ello el sábado 7, víspera del Día Grande.
Septiembre se estrenará con fiesta de Pregón, músicas, ruido, pólvora y río. La Vega prestará el protagonismo por un día al que la hace fértil e importante desde siempre. El Tajo será cauce de miradas, recuerdos y emociones; recogerá plegarias y promesas al tiempo que por él navega ELLA. La de ALARILLA será, como cada año en septiembre, el centro de las miradas de miles de devotos y curiosos. Arropada, cuidada y vitoreada por cientos de nadadores hará el recorrido la VIRGEN hasta el Puente de Hierro que cruza el río, ese olvidado Tajo al que tanto debemos y del que tanto dependemos.
El río y la Vega. Nosotros y los que ya se marcharon, todos de alguna manera apostados desde hace mil años aquí, hombres y mujeres en su orilla. Y así, un año más, embarcará para aparecer en el remanso nuestra querida Virgen de Alarilla en su EMBARCACIÓN.
¡Viva la Virgen de Alarilla!