La tradición culinaria de Todos los Santos: Chocolatada con churros
El primer día de noviembre es una fecha especial en todo el país, donde la tradición de Todos los Santos adquiere un sabor y un significado importante. Más allá de la solemnidad religiosa que caracteriza este día, la gastronomía también está muy presente. En el caso de Fuentidueña, esta festividad se celebra de una manera particular, con una deliciosa tradición que atrae a familias de todas partes: la chocolatada con churros.
La costumbre de compartir una chocolatada con churros la tarde del 1 de noviembre se ha arraigado en Fuentidueña durante generaciones. Después de asistir a los oficios religiosos en honor a los seres queridos fallecidos, muchos son los que se reúnen especialmente con familias, pero también con amigos para disfrutar de este dulce. Por eso no es raro ver en la tarde de este día colas a las puertas de Bar Churrería la Traviesa para adquirir especialmente los churros, pero también el chocolate caliente que servirá de merienda cena.
Otros dulces típicos de Santos
El importado Halloween nos ha hecho olvidar una tradición ancestral que se celebraba en la víspera de Todos los Santos. En décadas y siglos anteriores, se respetaba una estricta vigilia que incluía la abstinencia de carne el 31 de octubre. Las familias se reunían para orar y rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos, y, por supuesto, para disfrutar de una comida juntos. Para compensar la falta de carne y embutidos, y para combatir el frío del otoño, se encendían hogueras y se colocaban sartenes sobre el fuego.
Por lo tanto, no debería sorprendernos que la repostería tradicional de esta festividad sea tan similar a la que se encuentra en Semana Santa y Cuaresma. En la mesa, aparecen delicias fritas como buñuelos, flores fritas y pestiños. Además, no podemos olvidar los panellets o los huesos de santo.
La mesa en muchos lugares se completa con castañas y otros frutos secos, así como boniatos, calabazas y membrillos. Además, se pueden encontrar especialidades regionales más modestas, como el arrope y calabazate, las gachas o los tostones, que no eran más que palomitas de maíz con azúcar o anís.