Soberbio todo el elenco, apunta el crítico José Miguel Vila, pero la magnífica y radiante la interpretación de Nerea Moreno como Coronada “española y bruja…” merece un reconocimiento especial, termina diciendo.
Junto a ella Jorge Kent como Hombre-monja,Pedro Ángel Roca como Preso-torero, el Cantaor flamenco Álvaro Romero, las Mujeres “feministas”, interpretadas por Lorena Benito y Sanna Toivanen, la Gitana Mairena Eva Caballero, el Párroco Don Cerezo que interpreta Juanfra Juárez, los Guardias civiles Antonio Sansano, y Germán Vigara y el Pueblo que forman todos a la vez.
El dramaturgo manchego Francisco Nieva (1924-2016) vuelve a los escenarios de la mano de otra manchega, Rakel Camacho, que dirige con mano tan firme “Coronada y el toro” en la Sala Max Aub de Naves del Español en Matadero Madrid desde el 17 de marzo. Lo hace de manera rotunda, sensible, exuberante, alegre y festivo uniendo la tradición, el peso de lo religioso, el rito, lo popular, la fiesta, el poder de la mujer, el surrealismo, el carácter del pueblo y el “aquí mando yo” de sus dirigentes. La propuesta atrapa desde el primer instante llevando al espectador a las fiestas de cualquier pueblo de España.
La fuentidueñera Nerea Moreno en el papel de Coronada se rebela chulesca y decidida contra la opresión y los excesos de su hermano Zebedeo, el bruto y autoritario alcalde de la localidad que la encierra en casa en plenas fiestas al tiempo que no quiere dejar que el pueblo se divierta. El levantamiento es inevitable provocando consecuencias inesperadas y ejemplarizantes.
El sainete contiene música, fuegos artificiales, gritos, bufido del toro, vocerío desatado, sexo, drogas y hasta baño en chocolate calentito y churros… protestas y enfrentamiento en una amalgama de lo profano y lo religioso, lo ritual y lo orgiástico, lo sensual y lo sensorial, lo surrealista y lo cañí, lo transgresor y lo canónico, el humor y el drama, la música popular y la fiesta; el delirio y el carácter surrealista del pueblo español.
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