Prevenir incendios en el hogar es fundamental, especialmente durante el invierno, cuando el uso de calefacción y chimeneas aumenta. A continuación, algunos consejos clave para garantizar un entorno seguro:
- Instalación de detectores de humo: Estos dispositivos alertan de la presencia de humo, especialmente útil durante la noche. Son económicos, fáciles de instalar y pueden salvar vidas.
- Precauciones con fuentes de calor: Se recomienda evitar el uso de fuentes externas, como barbacoas, dentro del hogar. Chimeneas, estufas y braseros deben usarse en espacios ventilados y nunca en dormitorios para prevenir intoxicaciones por mala combustión.
- Evitar sobrecargas eléctricas: Los calefactores deben conectarse directamente a la toma de corriente y no a regletas, ya que consumen mucha potencia. Si se usan regletas, estas deben ser homologadas y no sobrecargarse.
- Cuidado con chimeneas: Mantenerlas limpias, utilizar leña seca de encina, roble o fresno, y evitar acelerantes al encenderlas son medidas fundamentales para prevenir incendios. Las chimeneas deben estar libres de elementos inflamables, como cortinas o alfombras, en un radio de un metro.
- Si ocurre un incendio:
- Si está en una planta superior, abandona el edificio por las escaleras si no hay humo.
- Si afecta a una planta inferior, permanece donde estás, sella puertas con toallas húmedas, llama al 112 y busca una ventana para ser visible.
El perfil de los incendios domésticos
La mayoría de los incendios en viviendas se originan en salones (41,2%), seguidos de dormitorios y cocinas, con sobrecargas eléctricas como una de las principales causas. Los meses fríos concentran el 59% de los fallecimientos, especialmente por la noche.
Las personas mayores de 64 años y quienes viven solas son los grupos más vulnerables, ya que enfrentan un riesgo seis veces mayor. Más del 60% de las muertes son por inhalación de humo o gases tóxicos.