Se fue muriendo la tarde

Se fue muriendo la tarde.
Con el último suspiro
se unieron nuestros cuerpos.
La noche como testigo.
Amándonos como se aman
las amapolas y el trigo,
miradas locas de amor
sin palabras ni escritos.
Susurros de pasión
grabados en nuestro oído
producto de tus encantos
que tanto y tanto admiro.
Si el silencio de la noche
me impusiera como castigo
ser preso de tus deseos
prívame de libertad,
pues mi amor del tuyo es cautivo