Pedro A. Mora Fte: El Tren de los 40 días: historia, trazado y guía del recorrido de José M. Oliveira y El Tren de los 40 días que alimentó Madrid durante la Guerra Civil de Andrés Graña.
Tren de los 40 días comenzó realizando servicios de transporte de toda índole primero por tramos compaginando trenes y camiones según los accesos. Oficialmente comenzó a funcionar plenamente el 11 de junio de 1937, aunque según los datos oficiales fue inaugurado por las autoridades competentes el 20 de junio de 1937, siendo básico para el suministro de toda clase de mercancías para la resistencia de Madrid. No obstante las obras secundarias de consolidación de muros y taludes, construcción de apeaderos, intercambiadores, edificación de estaciones, siguieron más tiempo ya que no impedían la circulación de trenes de alimentos, personas y convoyes militares.
En la obra se llevaron a cabo proyectos innovadores como el Avant-Bec, un sistema francés para la construcción de los puentes que atravesaban caudales de agua donde no se podían utilizar andamios. Este sistema se utilizó en el cruce de los ríos Tajuña y Tajo. Consistía en construir los pilares y los estribos de cemento armado y consolidarlos por un terraplén compactado y nivelado con la vía a un lado y otro del cauce del rio. Una vez realizado este trabajo se aplicaba el sistema francés de montaje que consistía en ir avanzando (de ahí Avant-Bec) y deslizando lentamente la estructura del puente sobre una plataforma metálica denominada espolón. Una vez apoyada y montada sobre los estribos era ensamblada a los soportes de ambos apoyos en los estribos.
A pesar que estuvo poco tiempo circulando el tren por el tramo de la vía construida hizo un gran servicio a la defensa de Madrid suministrando víveres, equipamientos y material bélico desde Andalucía, Levante y Castilla-La Mancha hasta el norte donde se dilucidaban las batallas de Guadalajara y el Ebro. Al terminar la Contienda Civil el nuevo estado dictatorial desmantelo esta obra ejemplar de este “Ferrocarril Estratégico Torrejon-Tarancón” que empalmaba a su vez con otro tramo ferroviario Villacañas-Santa Cruz-Tarancón y el entramado ferroviario español.
Un dato a tener en cuenta, es que a pesar de los datos de los “quintacolumnistas” que pasaban a los sublevados información de las obras de la circulación de trenes que se estaban realizando, la aviación rebelde del llamado Bando Nacional, nunca bombardeó ni las obras ni los trenes, según órdenes, para evitar la muerte de los presos políticos que trabajaban forzosos en las obras. Sí que bombardearon el Puente de Hierro de Fuentidueña, aunque nunca consiguieron hacer diana. Tenemos constancia de un echo relacionada con estos ataques de la aviación fascista. Cuando se realizaban los trabajos de zanjeo para llevar el agua al campo de fútbol de Fuentidueña, cerca del popular Puente de Hierro se descubrió una bomba intacta. Se hizo detonar en la zona de la gravera, a unos 2 km del núcleo urbano, después de trasladarla con la cautela que exigía el guion. La explosión ocasionó múltiples rotura de cristales en el municipio.
Indiscutiblemente mejorada y consolidada esta obra habría servido para fomento industrial y desarrollo a los distintos municipios y comarcas por donde discurría además de servir de interconexión con las distintas Regiones del resto de España. Su eliminación fue un nefasto error como lo fue el golpe de Estado al Gobierno Español.
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